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Administración de la Educación
Primaria en Panamá
Idelfonso Moreno, Ph. D.
5 de agosto de 2014
El ser humano, a través
de milenios, ha tenido que administrar una extensa variedad de cuestiones. El éxito alcanzado en estas gestiones, ha
sido recompensado con la supervivencia, con la vida. Ha tenido que administrar la familia; quizás,
la más importante de todas las administraciones que ha enfrentado la
humanidad. Al administrar la familia se
ha visto obligado a administrar la vivienda, la alimentación, la salud, la
vestimenta, la producción de bienes, la vida espiritual y la educación de los
hijos. Pero, en la medida que la
sociedad humana creció, la familia no pudo administrarlo todo. Con el correr de las centurias, algunas
actividades que eran propias de la administración familiar han sido
transferidas a otras instituciones u organizaciones. Gran parte de la formación religiosa, mística
y espiritual ha sido pasada a la iglesia y a los templos. La formación para el trabajo y el aprendizaje
de tecnologías ha sido transferida grandemente a las organizaciones escolares,
como escuelas, colegios y universidades.
La salud ha sido depositada en clínicas, hospitales, centros de salud y
consultorios médicos. Todas estas
instituciones y organizaciones tienen su propia administración. La forma de administrar la iglesia, de
administrar una escuela o un hospital difieren inmensamente.
En los siglos pasados,
al sector educación, aunque no había ministerios de educación, le correspondía
administrar, por ejemplo, las emergentes universidades de la edad media,
bibliotecas ― recordemos la Biblioteca de Alejandría ― lo que correspondía a la
formación religiosa en los monasterios, la formación palaciega de la nobleza,
los talleres de aprendices para navegantes, carpinteros, militares,
artistas. Las familias adineradas usaban
a institutrices; alternativa que todavía es utilizada con despliegue. A partir de estos diversos esfuerzos, surge
la escuela, las que con el tiempo han llegado a ser miles de miles. La escuela, tal cual la conocemos, es una
institución social bien joven. La
Iglesia, por ejemplo, inició hace más de dos mil años; en ese tiempo no había
escuelas como las que existen hoy. Sin
embargo, había enseñanza y aprendizaje.
Los jóvenes aprendían el pastoreo, por ejemplo, de sus padres o
familiares que eran pastores. Los jóvenes
de la nobleza aprendían el arte de la guerra a través de entrenamientos
particulares que le daban tutores experimentados, especialmente contratados o
encargados de esta tarea. Los jóvenes
pescadores aprendían las artes de la navegación bajo la mirada experta de sus
padres y familiares.
Con el tiempo las
escuelas fueron asumiendo responsabilidades como la enseñanza de la lectura, de
la escritura, de matemática, latín y de los oficios (zapatería, sastrería,
cocina, talabartería, etc.). Algunos de
estos oficios, bajo otras denominaciones, todavía existen (alta costura, comida
gourmet). Poco a poco se incorporaron
clases de teología, geología, arte, civismo, magisterio. Las escuelas pasaron a ser iniciativas de la
iglesia, de distintos templos y sectas, y también del Estado. Los gobiernos establecieron escuelas
denominadas oficiales o gubernamentales.
También han venido surgiendo escuelas, colegios y universidades
particulares; las que en principio deben ser organizaciones educativas sin
fines de lucro. A las escuelas particulares,
asociadas con grupos o confesiones religiosas se les denomina confesionales. Las escuelas gubernamentales son sufragadas
con recursos del Estado. El Estado
también contribuye con las escuelas particulares, mediante el sistema de
subsidios.
Hoy día, en la segunda
década del tercer milenio, las escuelas han evolucionado a una muy extensa
variedad de modelos, tipos y estilos.
Tenemos escuelas presenciales, semi-presenciales, a distancia,
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virtuales, por radio,
por televisión, por correspondencia, bilingües, laborales, de bellas artes,
especiales, profesionales, técnicas, bilingües “indígenas”, agrícolas,
deportivas, religiosas, militares, marítimas, de aviación, de varones o niñas, mixtas, nocturnas, de
fines de semana, dominicales, de un solo turno, de dos turnos o jornadas
(matutino y vespertino), únicas, multigrado, etc.
La Escuela Primaria
Por décadas, la escuela
primaria panameña ha incluido (6) años de estudio, desde el primer grado hasta
el sexto grado. Hace algunos años hubo
un nivel de confusión; se intentó denominarla ciclo intermedio de la educación básica
general pero, esta denominación, aunque se usa ocasionalmente, no fue plenamente incorporada por educadores,
ni por padres de familia, ni por líderes educacionales, ni por la ciudadanía. Por años, los niños y niñas eran matriculados
en el primer grado si tenían siete (7) años de edad. No obstante, desde hace años los escolares
ingresan a la escuela primaria a los seis (6) años de edad. Todos los años puede encontrarse a un
numeroso grupo de padres de familia que intentan matricular a sus hijos con
edades menores a los 6 años; sin embargo, cada día, esta situación está siendo
manejada de mejor manera por los directores de escuela y el sistema
educativo. Hay más controles al
requerirse el certificado de nacimiento. El uso de las herramientas tecnológicas
del presente permite detectar errores y faltas, ya que se tienen mejores
controles sobre la fecha de nacimiento de los escolares. Siempre existe la posibilidad de cambios en
esta cuestión. Nadie puede saber si en
el futuro cercano se adopta nueva legislación sobre esta materia, en la que
pueda aceptarse en primer grado escolares con cinco (5) años de edad. Por el momento, no se avizora nada
específico.
En lugares muy
distantes de las ciudades principales del país, y donde no hay
escuelas primarias cercanas, a veces los niños ingresan sobre la edad al primer
grado. Es posible encontrar escolares
que ingresan por primera vez a la escuela primaria con edades superiores a los
nueve años de edad. En algunas regiones
fronterizas, incluyendo la misma Ciudad de Panamá, se puede ubicar a escolares
cuyas familias vienen huyendo de la guerra y otras calamidades sociales en sus
países de origen, que no traen documentación que indique la edad de los
escolares y años de escolaridad. Estos
casos son complicados de manejar.
Usualmente, el director de la escuela admite temporalmente a los
escolares, hasta que sus familias puedan aportar la documentación
requerida. A veces pasan años y tal
documentación no es aportada por la familia.
Hay situaciones y
situaciones. En el caso de estudiantes
cuya legua materna es diferente al Español, los directores también encuentran
dificultades. Hay escolares que ingresan
a primer grado hablando lenguas nativas como el gnöbere, buglere, emberá,
wounán, y kuna, o extranjeras como el jacá y cantonés. Cuando se presentan estas situaciones y ante
la ausencia de un programa de educación biligüe, los directores deben buscar
asesoría de expertos del MEDUCA o de directores que ya han experimentado este
tipo de situaciones. Cuando atendemos
escolares que provienen de distintos orígenes étnicos, no solo la lengua nos
puede parecer extraña, si no también sus nombres y apellidos. El pueblo emberá, por ejemplo, utiliza
apellidos como Cheucarama, Tócamo, Degaiza, Dogiramá, Apochito, y Mezúa. En algunas comunidades ngöberes,
prácticamente todos los escolares son Montezuma o Bejarano. Es muy común encontrar escolares cuyos
nombres y apellidos son de origen anglosajón.
Esto ocurre porque al Istmo han llegado varias oleadas de extranjeros
provenientes de islas caribeñas, que eran posesiones británicas. Hay numerosas familias con ancestros
lingüísticos, culturales y étnicos de otros países y regiones. He aportado estas últimas ideas para expresar
algo que es bien conocido: la sociedad
panameña y, por tanto, las escuelas primarias panameñas, son eminentemente
centros plurilingües, multiculturales y multiétnicos. Los educadores y directivos de estos centros
educativos tienen que administrar sus escuelas, dentro de este amplio marco de
diversidad, incluyendo, por su puesto, la diversidad religiosa, política, ideológica,
ideosincracias y valores. Sin embargo,
también es posible encontrar escuelas primarias que parecieran ser casi
homogéneas en su cuerpo escolar.
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