martes, 9 de septiembre de 2014

Administración de la Educación Primaria, pp 5 y 6


Baja calidad de la educación y debilidades acuciantes en la formación integral del estudiante.  Esta es una querella que por años se siente en las comunidades, tanto urbanas como rurales.  A veces las quejas que apuntan a que la calidad de la educación no es buena, están débilmente fundamentadas.  Algunos de los críticos quedan rápidamente diciendo que la educación en el pasado era mejor o que el docente, en el presente, es responsable de la baja calidad de la educación.  Quizá, los factores que inciden en la baja calidad de la educación son muchos.  El docente es sólo uno de estos factores.  Pero, hay otros: el propio alumno, los padres de familia, los materiales de enseñanza, las falta de recursos, las políticas educativas, la sociedad misma.  Vivimos un tiempo en que las escuelas están constantemente bajo la mirada de los “rating”.  La competencia por ser la mejor escuela es casi que insana.  Comparan las escuelas con centros educativos totalmente diferentes en su esencia y naturaleza.  Con colegios de otros países y contextos culturales e históricos.  Todo este comparar llevar a decir qué escuelas son las mejores.  ¿Y las demás?  Pareciera que se está en una olimpiada o en una liga deportiva.  Esto es un poco triste, desde mi perspectiva.  Si se compara es para ayudar, apoyar y contribuir con los centros educativos que tiene mayores necesidades. Bueno, a las mejores se les debe entregar sus premios, méritos y recompensas.  Pero, a las demás hay que entregarles esperanza y oportunidades.  Es posible sentir que detrás de todo este comparar, y evaluar hay una agenda política semi-oculta que busca demostrar que durante tal o cual gestión ministerial o gubernamental se alcanzaron tal o cual logros en la educación.  Ya se sabe, desde hace décadas que las auténticos cambios y verdaderas reformas a la educación, que contribuyen a aumentar la calidad educativa, tardan décadas.  Años de esfuerzo, sacrificio, y entusiasmo es lo que necesitamos.  Respuestas rápidas han abundado y sus resultados han sido efímeros.  Se requiere de decisiones de estado a mediano y largo plazo.  Una de ellas se refiere a la formación bilingüe de los ciudadanos panameños.  Otras decisiones que hay que trabajar desde el presente, pero cuyos efectos son a largo plazo, son las siguientes: la educación ambiental, la educación científica, la educación humanística para la paz entre los pueblos, la educación para el fortalecimiento de la familia, la educación para la producción de alimentos y una vida sana, la educación para la espiritualidad, la educación para la producción y uso racional de las tecnologías médicas y de la salud, la educación que ofrezca la oportunidad del desarrollo individual personal, la educación que aporte a la conservación y desarrollo de cada etnia y grupo humano en este planeta, la educación de las artes y bellas artes.  Las escuelas que caminen por estos rumbos serán de una calidad, que ningún “rating” podrá esquivar.  Los estudiantes que egresen de estas escuelas serán los que podrán construir una sociedad feliz, llena de paz, amor y espiritualidad.

Poca existencia y uso limitado de tecnologías de punta en los centros educativos.  Las tecnologías de uso en las escuelas son principalmente las que se aplican en la enseñanza y todas las demás, especialmente las administrativas.  La queja constante en esta dimensión tecnológica es que los docentes, directivos y administrativos no saben o no quieren usar las herramientas tecnológicas que les proporciona el gobierno.  Se expresa que una extensa cantidad de centros educativos tienen las tecnologías, pero que se resisten al uso de ellas.  Quizás, en muchas escuelas esto es bastante real en algunos docente y directivos; sin embargo, los profesionales de la educación, día tras día, se han ido sumergiendo más en el uso de las tecnologías para la comunicación a distancia.  En este momento, y desde hace algunos pocos años, se estrenan en las escuelas las video conferencias, los tableros digitales, las aulas virtuales, los blogs académicos, las redes de temáticas específicas, los chats.  Abundan los dispositivos, gadgets, etc.  Por ejemplo, los celulares, las tablets, las lap-top, pantallas
gigantes, cámaras de vigilancia, servicios de GPS (Global Positional Satellite), y otros.  Todos estos servicios e instrumentos apoyan a la didáctica, a la enseñanza, al aprendizaje de los escolares, y la vida escolar en general.  En la dimensión administrativa tenemos los servicios electrónicos de red que se usan para elaborar y compartir las organizaciones docentes de las escuelas, los horarios escolares, las asignaciones diarias que entregan los educadores a los alumnos y que deben ser revisadas por los padres de familia o tutores, los planes bimestrales y semanales de los docentes, las calificaciones diarias y trimestrales de los estudiantes, calendario de exámenes, periodos de matrícula, invitaciones a celebraciones escolares,  los presupuestos, los gastos, premiaciones, etc.  También pueden ser usados para colgar los estatutos o reglamentos de plantel, los proyectos educativos del centro, las actividades de transparencia y de rendición de cuentas, las innovaciones escolares que se llevan a cabo, las mejoras en las instalaciones, fotografías o videos de eventos escolares, formatos o instrumentos administrativos, el organigrama del plantel, las comisiones de trabajo, noticias de la asociación de padres de familia y grupos que apoyan al plantel, muestras de compras realizadas, etc.  A nivel de aula o del plantel en general, las nuevas tecnologías proporcionan ayuda para el desarrollo de proyectos científicos, construcción de maquetas, elaboración de mapas conceptuales, de cuadros sinópticos, sociogramas, organigramas, tablas y gráficas estadísticas, modelos, ensayos literarios, dibujos, esquemas arquitectónicos, bocetos artísticos, música, y otros.  La dimensión tecnológica es una que hay que trabajar mucho más en las escuelas.  La queja, mencionada al inicio de este párrafo, no deja de tener una buena porción de validez.  Quienes tenemos a las escuelas como nuestros lugares de trabajo, debemos incorporar muchas más herramientas tecnológicas.  Hacer esto nos traerá más alegría y regocijo personal.  Las escuelas, a través del tiempo, han sabido aprender e incorporar tecnologías.  Por ejemplo, la imprenta, los laboratorios científicos, la maquinaria agropecuaria, los talleres de mecánica, las bibliotecas, las pistas y canchas deportivas.  El presente requiere que incluyamos a la computadora y todos sus dispositivos y servicios.  Hay que hacerlo pronto.


*  Falta de aseo y salubridad escolar.  Las plagas, pestes y epidemias están rebrotando en todo el, planeta.  El brote virulento del Ébola en Liberia, Sierra Leona y otros países del oeste de África, debe preocuparnos a quienes servimos en las escuelas.  Ya tenemos el dengue, el chikungunya, las enfermedades respiratorias y de la piel, producidas por las heces de palomas que anidan y se reproducen en las instalaciones escolares.  Tenemos el virus hanta, los ectoparásitos como la sarna y los piojos.  También tenemos que en varios centros educativos hay abundancia de aguas estancadas llenas de gusarapos, larvas de mosquitos, lombrices y gusanos.  También tenemos basureros con desechos mal expuestos, tinaqueras pestilentes, cestos de basura cargados de suciedad pegajosa, lavamanos desaseados, etc.  Los sanitarios de los escolares, corrientemente, son un desafío a la sanidad, al aseo y al buen gusto.  A veces, son los focos centrales del mal olor y de la insalubridad escolar.  Muebles, utensilios, equipos y herramientas aseados defectuosamente y mal almacenados son también situaciones que disminuyen la calidad de vida en las escuelas.  Corrientemente, la falta de agua potable agudiza estas situaciones.  Pero, también se agigantan cuando el personal encargado del aseo y sanidad escolar no conoce bien su trabajo, no tiene las herramientas y productos adecuados para el aseo, muestra un bajo perfil por el desempeño eficiente de las tareas de aseo, no cuenta con el apoyo institucional de los líderes del plantel.  El director o directora de la escuela tiene que entender el problema del aseo escolar, que es una cuestión de cada minuto del día, y que no es solamente un problema de los trabajadores manuales.  El director tiene que dotar de los mejores materiales, herramientas y productos a los aseadores.  Si no hay dinero, hay que hacer uso del ingenio y creatividad para obtener los productos de calidad y usarlos correctamente.  El director o directora debe enviar a capacitación permanente a los aseadores para que ellos sepan cada detalle del aseo y salubridad escolar.  Corresponde también al director supervisar el aseo en cada rincón del

Idelfonso
9 de septiembre de 2014

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